Excursión al Pico Duarte, República Dominicana
"Del mar al cielo todos tenemos una meta, un
sueño.... una montaña que alcanzar." De
la Película “La Montaña”
La guagua partió a
las 2:30 a.m.; y al subir a la guagua no conocía a NINGUNO DE LOS
EXCURSIONISTAS. Estaba sola. Solamente me
conocía Joel (el organizador de la excursión). Y acompañada de Dios. Por
eso les pedí permiso para encomendar nuestro viaje de ida y regreso en oración,
a Dios. Que fuese él quien nos llevara en paz y tomara control del vehículo.
El viaje fue
tranquilo, escuchando alguna que otra conversación chistosa. Y cabeceándome
cada vez que el sueño me vencía J La ruta a seguir para
llegar al pico era: Jarabacoa, Manabao, La Ciénaga, Los Tablones, La Cotorra,
La Laguna, El Cruce, Agüita Frita, La Compartición, Valle de Lilis, Pico
Duarte. 46 kilómetros (ida y vuelta), de pura ¡PIERNA! ¡PIERNA!
Para cuando
llegamos a La Cienaga, eran como las 6 y “alguito” de la mañana y hacía un frío inaguantable. (Dios mío, ¡Qué
frío!) Ahí empezó la interacción con las personas del grupo y las lecciones,
que aclaro, son lecciones que las tenemos en las narices en nuestro día a día
(no es que he llegado a descubrir nada nuevo)…pero para mí fueron más que
palpables durante mi excursión al Pico Duarte. Y aquí las ordeno y comparto:
1.
En la montaña empezarás a caminar por un trayecto
llano, en el cual puedes ir de primero y hasta dejar atrás a los que tienen
mejor condición física que tú. Pero he dicho en el llano…hasta que llegan las
empinadas difíciles. En la vida, los problemas o dificultades se presentan sin
previo aviso, (así mismo como las empinadas o cuestas). puede que veas venir el
problema o la empinadura…pero mientras vivas, te encontrarás de frente a
dificultades (montañas) lo quieras o no.
2.
Al caminar por la montaña, te darás cuenta que en la
mochila has incluido tantas cosas que pensaste necesarias, y que al final
solamente dificultan tu paso al caminar.
3.
En la montaña, habrá ocasiones en que es necesario
despojarse de la mochila y solamente quedarte con el agua para hidratarte
durante el resto del camino.
4.
En la montaña, habrá momentos que tendrás que mirar
fijamente el suelo para saber bien dónde colocas el pie, y cuidarte de caer.
Pero aprenderás también a mirar hacia los lados, hacia delante y atrás; para
contemplar lo hermoso del paisaje. Y que por miedo de caer y mirar tanto el
suelo, te has perdido de la belleza que en su interior posee la montaña.
5.
Al principio te sentirás con todo el vigor y fortaleza
del mundo, para enfrentar la montaña…pero más adelante, cuando te encuentres
con la lengua afuera…casi subiendo las pendientes a gatas… aprenderás que debes
caminar a tu paso. No el que te marca esa persona a fin con las cual caminas, con
la que compartes el sendero. Te darás cuenta que solamente avanzarás con paso
firme, cuando identifiques tu propio ritmo al caminar, podrá ser lento,
lentísimo. Pero mientras sea avanzando, ¡créeme: irás bien! Lo que no puedes
hacer es devolverte, rendirte o renunciar.
6. Cuando te toque caminar por una montaña, siempre habrá
alguien más experimentado que tú, que puede darte una que otra pauta de cómo escalar
la montaña. Te dará ese consejo oportuno para que te tengas paciencia, y no
desesperes mientras otros avanzan más rápido que tú.
7.
Al ir por la montaña podrás ver que todos adelantan el
paso. Que incluso los que iban a paso semejante al tuyo avanzan y quedarás
rezagado. El guía podrá dejarte, pero si miras a tu alrededor, alguien está
cerca…no estás solo…puede que la compañía venga en forma de un perro…que sin
mediar palabras y comprendiendo lo jadeante que estas…se sentará tranquilo a
esperar que recobres el aliento y juntos emprender nueva vez el camino…en la montaña
no estás solo.
8.
En la montaña, encontrarás personas de buen corazón y
alma noble, que sin conocerte te darán la mano para que puedas apoyarte y poner
tu pie en terreno y puedas avanzar.
9.
En la montaña, encontrarás que una persona, que aunque
desconocida y que no anda en tu grupo, Dios guardó para acompañarte en ese
tramo del camino y que te será de estimulo para seguir adelante.
10.
En la montaña, te darás cuenta que aquellos que amas,
aunque estén lejos de ti, están contigo en tu mente y tu corazón. Vendrán a tu
mente sin llamarlos. Y sentirás que ellos, te acompañan paso tras paso. Y
cuando tengas la oportunidad de hablar con al menos uno de ellos, querrás
decirle todo el amor que sientes por ellos.
11.
En la montaña, el camino será muy variado….habrá
llanuras, habrá subidas, habrá bajadas, te bordearán precipicios, enfrentarás
barrancos, habrá lodo, piedras y hasta
arena. Tus pies se llenaran de suciedad, pero ¡debes continuar! Más adelante
encontrarás una fuente de agua para recargar tu cantina, un tronco o una piedra
(con suerte quizás la sombra de un árbol) donde podrás descansar para seguir tu
camino.
12.
En la montaña, te darás cuenta que antes que tú, otros
tantos han recorrido el camino de la montaña. Y lo han señalizado,
rústicamente, pero de forma muy visible para que te guíes camino a la cúspide
de la montaña. Te señalaran no la piedra donde debes colocar el pie, mas bien
te orientaran por el sendero que llega hasta la cima de la montaña. Tendrás que
elegir, donde colocas el pie, que lugar te ofrece mas estabilidad para dar el
siguiente paso. ¡un paso más cerca de la cima!
13. Y cuando conquistes la montaña, sentirás una sensación
de libertad. Verás que todo el esfuerzo realizado ha valido la pena. Te darás
cuenta, que vendrán a tu mente y querrás decirle a los que te aman lo que has
logrado. Nuevos aires llegan a tus pulmones. Aire limpio. Sientes lo bien que
es estar en las alturas. Y que aún los que no compartieron la idea loca de
subir ésa montaña, se alegran de que coronaras la montaña, y te muestran que siempre
podrás contar con ellos.
14.
Cuando conquistes la montaña, no estarás sólo. Estarás
con todos aquellos que de lejos y de cerca te acompañaron en la travesía. Te regocijarás
con todos tus compañeros de excursión (conocidos o desconocidos), hayan llegado
antes que tú o al mismo tiempo. Sentirás que no ha sido un esfuerzo aislado
tuyo, que muchos se han involucrado en que hayas podido coronar la cima de tu
montaña. Y agradecerás a Dios, porque como protagonista de la historia sabes,
que solamente su fuerza, poder y compañía te ha ayudado a coronar tu montaña. Y
entonces, desde el interior de tu ser podrás vocear a todo pulmón: ¡Gente, no hay montaña, sueño o meta que no puedas
alcanzar! (Yo lo hice)
Por Sally
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