jueves, 6 de febrero de 2014

Me fuy pal Pico!!!

Excursión al Pico Duarte, República Dominicana
"Del mar al cielo todos tenemos una meta, un sueño.... una montaña que alcanzar." De la Película “La Montaña”

La guagua partió a las 2:30 a.m.; y al subir a la guagua no conocía a NINGUNO DE LOS EXCURSIONISTAS. Estaba sola. Solamente me  conocía Joel (el organizador de la excursión). Y acompañada de Dios. Por eso les pedí permiso para encomendar nuestro viaje de ida y regreso en oración, a Dios. Que fuese él quien nos llevara en paz y tomara control del vehículo.

El viaje fue tranquilo, escuchando alguna que otra conversación chistosa. Y cabeceándome cada vez que el sueño me vencía J La ruta a seguir para llegar al pico era: Jarabacoa, Manabao, La Ciénaga, Los Tablones, La Cotorra, La Laguna, El Cruce, Agüita Frita, La Compartición, Valle de Lilis, Pico Duarte. 46 kilómetros (ida y vuelta), de pura ¡PIERNA! ¡PIERNA!

Para cuando llegamos a La Cienaga, eran como las 6 y “alguito” de la mañana y  hacía un frío inaguantable. (Dios mío, ¡Qué frío!) Ahí empezó la interacción con las personas del grupo y las lecciones, que aclaro, son lecciones que las tenemos en las narices en nuestro día a día (no es que he llegado a descubrir nada nuevo)…pero para mí fueron más que palpables durante mi excursión al Pico Duarte. Y aquí las ordeno y comparto:


1.     En la montaña empezarás a caminar por un trayecto llano, en el cual puedes ir de primero y hasta dejar atrás a los que tienen mejor condición física que tú. Pero he dicho en el llano…hasta que llegan las empinadas difíciles. En la vida, los problemas o dificultades se presentan sin previo aviso, (así mismo como las empinadas o cuestas). puede que veas venir el problema o la empinadura…pero mientras vivas, te encontrarás de frente a dificultades (montañas) lo quieras o no.
2.     Al caminar por la montaña, te darás cuenta que en la mochila has incluido tantas cosas que pensaste necesarias, y que al final solamente dificultan tu paso al caminar. 
3.     En la montaña, habrá ocasiones en que es necesario despojarse de la mochila y solamente quedarte con el agua para hidratarte durante el resto del camino.
4.     En la montaña, habrá momentos que tendrás que mirar fijamente el suelo para saber bien dónde colocas el pie, y cuidarte de caer. Pero aprenderás también a mirar hacia los lados, hacia delante y atrás; para contemplar lo hermoso del paisaje. Y que por miedo de caer y mirar tanto el suelo, te has perdido de la belleza que en su interior posee la montaña.
5.     Al principio te sentirás con todo el vigor y fortaleza del mundo, para enfrentar la montaña…pero más adelante, cuando te encuentres con la lengua afuera…casi subiendo las pendientes a gatas… aprenderás que debes caminar a tu paso. No el que te marca esa persona a fin con las cual caminas, con la que compartes el sendero. Te darás cuenta que solamente avanzarás con paso firme, cuando identifiques tu propio ritmo al caminar, podrá ser lento, lentísimo. Pero mientras sea avanzando, ¡créeme: irás bien! Lo que no puedes hacer es devolverte, rendirte o renunciar. 
6. Cuando te toque caminar por una montaña, siempre habrá alguien más experimentado que tú, que puede darte una que otra pauta de cómo escalar la montaña. Te dará ese consejo oportuno para que te tengas paciencia, y no desesperes mientras otros avanzan más rápido que tú.
7.     Al ir por la montaña podrás ver que todos adelantan el paso. Que incluso los que iban a paso semejante al tuyo avanzan y quedarás rezagado. El guía podrá dejarte, pero si miras a tu alrededor, alguien está cerca…no estás solo…puede que la compañía venga en forma de un perro…que sin mediar palabras y comprendiendo lo jadeante que estas…se sentará tranquilo a esperar que recobres el aliento y juntos emprender nueva vez el camino…en la montaña no estás solo. 
8.   En la montaña, encontrarás personas de buen corazón y alma noble, que sin conocerte te darán la mano para que puedas apoyarte y poner tu pie en terreno y puedas avanzar.
9.     En la montaña, encontrarás que una persona, que aunque desconocida y que no anda en tu grupo, Dios guardó para acompañarte en ese tramo del camino y que te será de estimulo para seguir adelante.
10.   En la montaña, te darás cuenta que aquellos que amas, aunque estén lejos de ti, están contigo en tu mente y tu corazón. Vendrán a tu mente sin llamarlos. Y sentirás que ellos, te acompañan paso tras paso. Y cuando tengas la oportunidad de hablar con al menos uno de ellos, querrás decirle todo el amor que sientes por ellos.
11.  En la montaña, el camino será muy variado….habrá llanuras, habrá subidas, habrá bajadas, te bordearán precipicios, enfrentarás barrancos, habrá  lodo, piedras y hasta arena. Tus pies se llenaran de suciedad, pero ¡debes continuar! Más adelante encontrarás una fuente de agua para recargar tu cantina, un tronco o una piedra (con suerte quizás la sombra de un árbol) donde podrás descansar para seguir tu camino.

12.  En la montaña, te darás cuenta que antes que tú, otros tantos han recorrido el camino de la montaña. Y lo han señalizado, rústicamente, pero de forma muy visible para que te guíes camino a la cúspide de la montaña. Te señalaran no la piedra donde debes colocar el pie, mas bien te orientaran por el sendero que llega hasta la cima de la montaña. Tendrás que elegir, donde colocas el pie, que lugar te ofrece mas estabilidad para dar el siguiente paso. ¡un paso más cerca de la cima!
13.  Y cuando conquistes la montaña, sentirás una sensación de libertad. Verás que todo el esfuerzo realizado ha valido la pena. Te darás cuenta, que vendrán a tu mente y querrás decirle a los que te aman lo que has logrado. Nuevos aires llegan a tus pulmones. Aire limpio. Sientes lo bien que es estar en las alturas. Y que aún los que no compartieron la idea loca de subir ésa montaña, se alegran de que coronaras la montaña, y te muestran que siempre podrás contar con ellos.
14.  Cuando conquistes la montaña, no estarás sólo. Estarás con todos aquellos que de lejos y de cerca te acompañaron en la travesía. Te regocijarás con todos tus compañeros de excursión (conocidos o desconocidos), hayan llegado antes que tú o al mismo tiempo. Sentirás que no ha sido un esfuerzo aislado tuyo, que muchos se han involucrado en que hayas podido coronar la cima de tu montaña. Y agradecerás a Dios, porque como protagonista de la historia sabes, que solamente su fuerza, poder y compañía te ha ayudado a coronar tu montaña. Y entonces, desde el interior de tu ser podrás vocear a todo pulmón: ¡Gente, no hay montaña, sueño o meta que no puedas alcanzar! (Yo lo hice)

Por Sally

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