viernes, 31 de enero de 2014

De vuelta al kinky




Graduación del kidergarten

Recordando un poco... 

Al verme en  mi álbum de fotos cuando era una niña veo: mis ojos entrecerrados, lo delgada que era, la sonrisa tímida y el hermoso pelo rizado…  Nunca se me olvida que Mami me tenía dos peinados:
 #1 pelo suelto
 #2 media cola
 El peinado variaba si encontraba alguien que se disponía a entrarle con disposición y fuerza a mi poco domable pelo. 


Pasé, de tener una cabellera rizada a un pelo lacio. 

Fue a los 13 años cuándo por primera vez me desrizaron el pelo (si mal no recuerdo). ¡Qué fiebre en esos días! El cambio de look me hizo sentirme más aceptada. (De los factores étnicos , culturales y sociales hablaremos en otro post)


Al pasar los años la cantidad, así como el largo de mi cabello, se fue reduciendo poco a poco. Como muchas mujeres opté por las extensiones de pelo,  pero después de varios usos en diversas formas entendí que no eran para mí. Recuerdo a carcajadas que la primera vez que me puse extensiones no sabía que me tenía que hacer una trenza a la hora de mojarme el pelo.  Por lo que me metí como la sirena que soy al mar. Ése fin de semana me la pase con un moño, ya que no hubo peine que entrara al enrede que tenia. Al volver a casa sólo hubo una opción: cortar todo y hacerme un paje (cortar el pelo por encima de los hombros).


Hasta  mis 28 años probé tantas cosas y una de las peores que hice fue ponerme la queratina. No digo con esto que todas son malas, pero la que usé yo, sí. Como otras personas que conozco fue una muy mala idea...Que sucedio?
     El pelo perdió elasticidad y brillo
     Estaba vulnerable, quebradizo
     Tenia perdidas, que aumentaban cuando me peinaba
Hasta pasarme los dedos entre el pelo era deprimente ya que el pelo seguía saliéndoseme.                          
La poza de Bojolo Enero 2014
¿¿¿Qué pasó???   
¿Moda? 
¿Necesidad?   
¿Economía?

En parte: mudarme a otro continente, dónde lo natural es una moda y hasta necesidad; lo difícil y caro que es encontrar un buen salón; lo poco que me gusta someterme al calor infernal del blower y del secador; los desrizados, que antes de aplicármelo ya me picaban y la nostalgia de recordar mi hermoso y abundante pelo “kinky”…Hizo que en agosto “tomara la decisión”.


2016
A traquilarme
 Al salón de belleza me acompañó mi esposo . O mejor dicho lo acompañé yo, ya que él se estaba cortando el. Al hablar con la estilista me preguntó si tenía un estilo. Le dije: sí. ¡Córtame todo el pelo procesado! Los ojos de mi esposo me hicieron entender que mi respuesta lo sorprendió. Y yo insegura pero comprometida conmigo misma, asentí, con la cabeza. Al final complací un poco dejándome un flequillo delante.

 Yo ma feliz con mi pelo rizado. Y si un día  lo quiero lacio??? Simple blower y plancha con el.
2016
 
 En conclusión 


Así como la mía hay muchas historias, lo importante es aceptarse, conocerse  y amarse por como un es.  Si te gusta tu pelo al natural… ¡olvídate del qué dirán! Y como me dijeron: ¡¡¡Siéntete orgullos@ de tu greña!!! Si te gusta el pelo lacio desrizalo!!! 

Me gusto y lo hize. De vuelta al kinky
   By Ada